La gran reserva de agua de la Vall Fosca, que supera los 50 millones de m3, permitió que a finales de siglo XIX Emili Riu, periodista y político de Sort, proyectara la utilización de este recurso y se construyera la central hidroeléctrica de Capdella.
El factor humano fue determinante para sacar adelante esta obra faraónica y las infraestructuras necesarias: carreteras de acceso, funiculares, ferrocarriles, canalizaciones de estanques, campamentos para trabajadores, etc. permitieron en un tiempo récord, apenas dos años, poner en marcha la primera gran central hidroeléctrica de Cataluña.
El espacio del Museo de la Central de Capdella permite hacer un recorrido desde que surgió la idea de la central hidroeléctrica hasta que se puso en funcionamiento en 1914, pasando por los cambios económicos, sociales y de infraestructura que supuso.
Este Museo, que se encuentra dentro del Sistema del Museo de la Ciencia y de la Técnica de Cataluña, es sin duda la mejor manera de rendir homenaje a las 4.000 personas que trabajaron en estas instalaciones y que de manera anónima contribuyeron al bienestar de los ciudadanos del resto de Cataluña.